Antecedentes prehistóricos

Los factores desencadenantes del estrés, son diversos y de muy variada esencia.
Nuestros primitivos antepasados afrontaban las situaciones de peligro, bien enfrentándose al mismo, lo cual no era en absoluto garantía de éxito, o bien, huyendo de la amenaza, lo que evidentemente sólo constituía un aplazamiento, en ningún caso una solución.
En ambos casos en primera instancia se activa el mecanismo de la alerta máxima a nivel físiologico, desencadenando a nivel molecular una intrincada reacción química, que tendría como base la segregación de adrenalina en las glándulas suprarrenales.

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Esta reacción electro-química producida a nivel del sistema nervioso simpático hace que el organismo se encuentre en las mejores condiciones para afrontar una situación de peligro, y salir airoso.
Por este motivo, en primera instancia, se trata de un mecanismo de autodefensa imprescindible para nuestra supervivencia.
Una vez pasado el peligro, el organismo irá cediendo el control al sistema nervioso parasimpático, decelerando los mecanismos de alerta activados y segregando las endorfinas oportunas para hacer que todas las funciones normales del organismo se reestablezcan, y que los engranajes del sistema, muscular-mental-emocional vuelvan a niveles normales.

Si este proceso no se desencadena de manera muy frecuente el resultado es positivo y reconfortante, pues nuestro organismo sabe recompendsar de manera endógena el haber salido airoso de situaciones tanto de tiesgo como de la culminación del acto sexual.
Ambas situaciones se han demostrado tremendamente adictivas precisamente por este tipo de recompensas que nuestro organismo suministra automáticamente en forma de neurotransmisores naturales como la dopamina.

Problemática actual

Esta reacción básica también ocurre en los individuos de nuestra sociedad actual; pero al darse con una frecuencia desequilibrante, se convierte en patológica.

estresEn la sociedad de nuestro tiempo sentimos como amenazas permanentes situaciones como la incertidumbre laboral, las cuentas con el banco, el ruido del tráfico o la muchedumbre ocupando las calles frenéticamente, la inseguridad ciudadana, sentimientos de culpabilidad, enfermedades silenciosas y un sin fin de peligros que nos acechan de manera habitual y constante.
Esto hace que el binomio acción-reacción no se dé, al menos en la forma ancestral para las cual nuestro sistema nervioso está diseñado, y que supondrían su correcto funcionamiento.
Sin embargo, el sistema parasimpático ya no es capaz de responder con eficacia a las continuas alertas y llamadas de auxilio que provienen del sistema simpático, con lo que se desequilibra el tándem y nos desequilibramos nosotros.
La recompensa biológica natural por la superación del peligro nunca llega, nos mentenemos en una alerta permanente que nos va desgastando lentamente hasta que el organismo dice basta y sucumbe en una crisis nerviosa.
El desequilibrio constante en los niveles de endorfinas en el organismo, provoca una gran variedad de patologías de carácter físico-mental-emocional.

Efectos del láser en el estrés

El láser aplicado en los puntos precisos puede actuar como un poderoso calmante regulador del equilibio hormonal perdido, que se verá restablecido de manera natural y sin efectos secundarios perniciosos ni desagradables.

La correcta aplicación de una terapia de Láser-puntura sobre los puntos de acumulación nerviosos, logra el reequilibrio perdido de los niveles endocrinos saludables, calmándonos y permitiéndonos el descanso reparador.
Por otro lado, se urgirá al paciente en la necesidad de corregir aquellos hábitos no saludables que han provocado el desastre, o en todo caso de asumirlos desde otra perspectiva si no queda otro remedio, pues de no hacerlo así, irremediablemente se volverán a repetir.

Consejo

Hay una cita que el Dalai Lama gusta ofrecer a la gente preocupada:

dalai_lama“Los problemas no deben preocuparnos, o tienen solución o no la tienen. Si tienen solución habrá que ocuparse de solucionarlos, y no preocuparse, y si no tienen solución de nada servirá que te preocupes. Por tanto, sé feliz solucionando aquellos problemas que esté en tu mano solucionar, y descansa todo lo que puedas para estar en las mejores condiciones de afrontarlos.”

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